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Latinoamérica —
Ciencia marina
Informe especial
Acidificación de los océanos
El CO₂ disuelto forma ácido carbónico y reduce el pH. Corales, moluscos y fitoplancton —dependientes del carbonato cálcico— quedan comprometidos; impacta cadenas tróficas y seguridad alimentaria.
El derretimiento en Groenlandia y Antártida acelera el aumento del nivel del mar y reconfigura corrientes y clima regional. Urgen defensas costeras, ordenamiento y adaptación.
Suben la frecuencia y severidad de olas de calor, tormentas e inundaciones. Impactos en salud, agricultura y agua exigen alerta temprana y resiliencia urbana.
Impacto en la biodiversidad y extinción de especies
El calentamiento desestructura hábitats y ciclos de vida. Muchas especies no logran migrar/adaptarse, elevando el riesgo de extinción. Corredores biológicos y restauración son clave.
Fuente: Redacción ALC • Biodiversidad y Territorio
Transición energética
Innovación en energías limpias y geoingeniería
Crecen las renovables (solar, eólica, mareomotriz, geotérmica), la eficiencia y la captura de carbono. La geoingeniería abre debates éticos y de gobernanza.
Resumen ampliado. El océano ha absorbido ~25–30% del CO₂ antropogénico desde la Revolución Industrial, amortiguando el calentamiento. Al disolverse, el CO₂ forma ácido carbónico (H₂CO₃), disminuye el pH superficial (~0,1 unidades respeto a niveles preindustriales) y reduce la saturación de carbonatos (Ω), clave para organismos calcificadores.
Indicadores químicos. El descenso de ~0,1 pH implica un aumento de acidez de ~26% (escala logarítmica). Se observa disminución de la aragonita/calcita en aguas superficiales, especialmente en altas latitudes, donde la solubilidad es mayor.
Efectos ecológicos. Menor calcificación en corales, bivalvos y crustáceos; cambios en tasas de crecimiento y supervivencia de larvas; alteración de quimiorrecepción y comportamiento en peces; impactos en fitoplancton y comunidades microbianas que sostienen redes tróficas.
Riesgos socioeconómicos. Arrecifes degradados reducen protección costera, turismo y pesca artesanal. Regiones tropicales y polos son especialmente vulnerables.
Trayectorias futuras. Escenarios de altas emisiones proyectan caídas adicionales del pH superficial hacia 2100 (orden de 0,2–0,3 unidades), con descensos fuertes de Ω-aragonita; con mitigación ambiciosa, la caída adicional se limita notablemente.
Qué hacer. Descarbonización rápida, conservación/restauración de ecosistemas azules (manglares, marismas, pastos marinos), reducción de estresores locales (nutrientes, contaminación), y monitoreo sostenido (boyas, series temporales, satélites).
Hechos observados. El nivel medio del mar aumentó ~20 cm entre 1901–2018, con aceleración en las últimas décadas. Contribuyen la expansión térmica del océano, el retroceso de glaciares de montaña y la pérdida de masa en Groenlandia y Antártida.
Hielos polares. Groenlandia muestra pérdidas netas sostenidas; en Antártida, el adelgazamiento de plataformas debilita el “buttressing” y acelera glaciares tributarios. El mínimo estival de hielo marino Ártico es cada vez menor, afectando albedo y circulación.
Proyecciones. Para 2100, el aumento global del nivel del mar se sitúa en rangos aproximados de ~0,28–0,55 m con mitigación fuerte y ~0,63–1,01 m en escenarios de altas emisiones. A largo plazo, el nivel seguirá subiendo durante siglos por inercia del sistema.
Impactos. Inundaciones crónicas, intrusión salina en acuíferos, erosión y pérdidas de hábitat costero. Regiones deltaicas, atolones y ciudades portuarias concentran riesgos.
Adaptación. Defensas costeras y soluciones basadas en la naturaleza (humedales, manglares), ordenamiento territorial, sistemas de alerta y seguros. La mitigación de emisiones reduce el riesgo de cambios irreversibles en mantos de hielo.
Tendencias robustas. Aumentan la frecuencia e intensidad de olas de calor en todas las regiones habitadas; las precipitaciones extremas se intensifican en muchos lugares; periodos de sequía agrícola/ecohidrológica se vuelven más probables en varias cuencas.
Atribución. La ciencia de atribución muestra que numerosos episodios recientes (olas de calor extremas, lluvias torrenciales) tienen probabilidad significativamente mayor por el calentamiento antropogénico.
Riesgos sectoriales. Salud (golpes de calor, mortalidad), agricultura (pérdidas de rendimiento, estrés hídrico), agua (desabastecimiento e inundaciones), infraestructura (daños a redes eléctricas y transporte) y cadenas de suministro.
Gestión del riesgo. Sistemas de alerta temprana multirriesgo, diseño urbano adaptativo (sombra, ventilación, superficies frías, infraestructura verde–azul), códigos de calor, gestión integrada de cuencas, y seguros paramétricos.
Mitigación y adaptación. Limitar el calentamiento reduce la intensificación de extremos a futuro; simultáneamente, la adaptación reduce pérdidas actuales y residuales.
Presiones combinadas. El cambio climático se suma a pérdida de hábitat, sobreexplotación, especies invasoras y contaminación. El aumento térmico desplaza rangos de distribución y desincroniza fenología (floración, migraciones, reproducción).
Ecosistemas clave. Arrecifes tropicales enfrentan blanqueamientos recurrentes cuando se superan umbrales térmicos; bosques y humedales pierden resiliencia en sequías prolongadas; regiones de alta montaña y polares muestran rápidos cambios bióticos.
Riesgos de extinción. La evidencia indica incrementos del riesgo para numerosas especies bajo escenarios de calentamiento elevado; los servicios ecosistémicos (polinización, fertilidad de suelos, regulación hídrica) se ven comprometidos.
Respuestas. Conectividad ecológica (corredores), restauración de hábitats, conservación basada en clima (refugios térmicos), control de invasoras, y enfoques productivos regenerativos. Reducir emisiones es crucial para mantener condiciones climáticas dentro de límites adaptables.
Transición energética. Rápido despliegue de renovables (solar y eólica con caídas de costos en la última década), mejora de redes y almacenamiento (baterías, bombeo, térmico), electrificación del transporte y eficiencia industrial/edificios.
Captura y remoción de carbono. Tecnologías CCS/CCUS acopladas a industrias intensivas y generación; enfoques de remoción (DAC, biochar, reforestación) con potencial pero limitaciones de costo, energía, permanencia y gobernanza.
Hidrógeno y combustibles sintéticos. El hidrógeno bajo en carbono (idealmente verde) puede descarbonizar usos difíciles (acero, fertilizantes, transporte pesado) si hay suministro renovable y cadenas de valor robustas.
Geoingeniería (gestión de radiación solar). Propuestas como aerosoles estratosféricos o brillado de nubes marinas podrían enfriar el planeta, pero presentan incertidumbres físicas, riesgos regionales, cuestiones éticas y de gobernanza. La comunidad científica subraya que no sustituyen la mitigación de emisiones.
Política y financiamiento. Marcos regulatorios, señales de precio al carbono, licitación competitiva de renovables, estándares de eficiencia y apoyo a I+D son palancas para acelerar la transición de forma justa.